domingo, 14 de marzo de 2010

“La fiesta de mi comunidad… Día de muertos”


     El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Es una festividad mexicana y centroamericana por ello la Unesco ha declarado esta festividad como Patrimonio de la Humanidad.
     Según la creencia de la civilización mexicana antigua, cuando el individuo muere su espíritu continúa viviendo en Mictlán, lugar de residencia de las almas que han dejado la vida terrenal. Dioses benevolentes crearon este recinto ideal que nada tiene de tenebroso y es más bien tranquilo y agradable, donde las almas reposan plácidamente hasta el día, designado por la costumbre, en que retornan a sus antiguos hogares para visitar a sus parientes. Aunque durante esa visita no se ven entre sí, mutuamente ellos se sienten.
     El calendario ritual señala dos ocasiones para la llegada de los muertos. Cada una de ellas es una fiesta de alegría y evocación. Llanto o dolor no existen, pues no es motivo de tristeza la visita cordial de los difuntos. La exagerada hospitalidad de los mexicanos es proverbial. Ésta se manifiesta a la menor provocación, aún más si los visitantes son sus parientes ya fallecidos. Hay que deleitarlos y dejarlos satisfechos con todo aquello que es de su mayor agrado y asombro: la comida.
     Desde remotas épocas hasta la actualidad, el “banquete mortuorio”, resplandece en todas las moradas nacionales, desde los humildes jacales o casas rústicas, hasta los palacios y mansiones. La comida ritual se efectúa en un ambiente regiamente aderezado en el que vivos y muertos se hacen compañía.
     En nuestro país cada 2 de noviembre  se acostumbra hacerle un homenaje a nuestros difuntos por medio de los famosos “altares de muerto” que consiste en una ofrenda que les hacemos; con comida, frutas, flores, papel picado, pan, bebidas, entre otras cosas que al difunto en vida le hayan gustado, es un ritual muy popular especialmente en los estados del sur del país, a continuación se presenta una pequeña explicación de los elementos y los significados de cada uno de ellos.


Los niveles representan los grupos de la existencia.

  • Altares de dos niveles: representan el cielo, y la tierra.
  • Altares de tres niveles: representan en orden descendente el cielo, el purgatorio y la tierra.
  • Altares de siete niveles: representan los siete niveles para llegar al cielo, al purgatorio y a la tierra o bien al infierno, según la tradición católica.



Elementos



La imagen del difunto

     Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la parte más alta y destacada del altar.

La cruz

     Una cruz se coloca en la parte superior del altar a un lado de la imagen del difunto. Se coloca una cruz pequeña de sal en el altar que sirve como medio de purificación de los espíritus, y una cruz de ceniza que le ayudará al espíritu a salir del purgatorio.

Copal e incienso

     El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y de las personas que lo utilizan, se coloca en un brasero y purifica el ambiente para los espíritus esperados

Arco

    El arco o marco adornado que se ubica en la cúspide del altar simbolizando la entrada al mundo de los muertos. Adornados también con limonarias y flores de cempasuchil.

Papel picado

      El papel picado es una representación de la alegría festiva del día de muertos y del viento.

Velas, veladoras y cirios del altar

    Las velas, veladoras y cirios sirven como luz guía a este mundo. Por tradición se colocan velas, veladoras y cirios de color morado (símbolo de duelo) y blancas (símbolo de pureza). Cuatro cirios se colocan en alusión de los puntos cardinales. Las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar. Las velas y demás veladoras se colocan sobre candeleros morados repartidas en todo el altar siempre en un número par. Las velas, veladoras y cirios con luz son la clara representación del fuego.

El agua

     Refleja la pureza de las almas, es reflejo del ciclo continuo de la regeneración de la vida y la muerte y promesa de fertilidad en la vida y en la siembra. También se coloca un vaso de agua fresca para que el espíritu refresque sus labios y calme su sed después del viaje desde el mundo de los muertos.

Las flores

     Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro.

Las calaveras

     Las calaveras son alusiones a la muerte que siempre esta presente. Son coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate y yeso con adornos de colores, de fuerte influencia barroca, gustan por su rico sabor y olor.

Comida

     Se prepara puro chocolate oscuro en la mesa principal y se coloca comida al agrado de los fallecidos, se cocinan desde días antes los platillos tradicionales como: tamales, mole, arroz, calabaza en tacha, etc. para que los muertos puedan disfrutar de su esencia. La comida no es únicamente para el alma visitante, sino para los deudos, quienes festejaran con ella y algún visitante irreconocible, por lo general algún alma que no tiene quien la recuerde.

El pan

     El pan representa la generosidad del anfitrión, y el regalo de la tierra misma. Y en el centro de México se acostumbra el pan de anís en forma de domo redondo, adornado con forma de huesos en alusión a la cruz y espolvoreado de azúcar.

Bebidas alcohólicas

     Algunos altares contienen bebidas alcohólicas que le gustaban al difunto.

Objetos personales

    Los objetos personales son artículos pertenecientes en vida a los difuntos y se colocan en el altar para que el espíritu pueda recordar momentos de su vida. En el caso de que el difunto sea el espíritu de un niño suelen colocarse juguetes en el altar.

Los adornos

    Infinidad de adornos alusivos a la muerte han surgido del arte popular mexicano y se han agregado al altar de muertos.  También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de color morado y amarillo, un eslabón de cada color, alternandos. El morado representa la muerte y el amarillo la vida, por lo que con este adorno queda representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.

Integrantes del equipo:
Cordova Valenzuela Perla Lizeth
Fernández Noriega Brisa Nayeli
Martínez Pacheco Maria Goretti
Rosas Flores Natalia Fernanda

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