El entorno sociocultural ha de entenderse no sólo como objeto de estudio y como recurso pedagógico, sino como contexto social en el que vive, aprende y se desarrolla vitalmente cada persona. Este entorno está constituido por personas (las familias, los vecinos, el mismo alumnado) con conocimientos, valores, costumbres, realidades culturales, vivencias, etc. es decir, no son sólo “habitantes”, sino elementos activos y con valor propio.
El espacio es uno de los aspectos que se abordan en el estudio del entorno sociocultural en el que en ocasiones existen una serie de problemas, de diferentes visiones e intereses. En este sentido, los colectivos más o menos organizados deben ser también un elemento de conexión entre la escuela y el exterior. El trabajo educativo desde esta perspectiva no es fácil pero el no abordarlo supone limitar las posibilidades y necesidades de la educación. Por ejemplo, cuando hacemos salidas para conocer la ciudad estamos “estudiando el entorno”; si observamos un bloque de viviendas, lo estamos utilizando como recurso pedagógico”; sólo si vamos más allá de ahí, e incluimos las experiencias de las personas que inmigraron, por qué lo hicieron, cómo superaron sus dificultades y lo conectamos con las vivencias actuales del alumnado estaremos acercándonos considerar el entorno como contexto social. Si el “estudio” es una parte de un proyecto de colaboración con la Asociación de Vecinos, por ejemplo, estamos ya incluyendo el conflicto y la actuación social, así como "actividad real", vital y social, más allá del ejercicio.
Las Competencias sociales son aquellas aptitudes necesarias para tener un comportamiento adecuado y positivo que permita afrontar eficazmente los retos de la vida diaria. Son comportamientos o tipos de pensamientos que llevan a resolver una situación de una manera efectiva, es decir, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en el que está. Entendidas de esta manera, las competencias sociales, pueden considerarse como vías o rutas hacia los objetivos del individuo. El término habilidad o competencia nos indica que no se trata de un rasgo de personalidad, de algo más o menos innato, sino más bien de un conjunto de comportamientos adquiridos y aprendidos.
Las Competencias Sociales son innumerables y es probable que su naturaleza y definición difiera en distintos medios y culturas. Sin embargo un análisis más detallado, sugiere que existe un grupo esencial de ellas que han sido el centro de las iniciativas para la promoción de la salud, son las siguientes :
A continuación se definen las principales Competencias Sociales:
1. Capacidad para tomar decisiones: Ayuda a afrontar de forma crítica, autónoma y responsable las situaciones que se presentan en la vida cotidiana, permitiendo explorar las alternativas disponibles y las diferentes consecuencias de nuestras acciones.
2. Asertividad: Permite reconocer las tácticas persuasivas, defender los derechos, a decir “no” y a afrontar habilidosamente situaciones de presión hacia el consumo de drogas.
3. Capacidad de comunicarse en forma efectiva: Tiene que ver con la capacidad de expresarse, tanto verbal como no verbalmente y en forma apropiada a las situaciones que se presentan.
4. Autoestima: Tiene que ver con el conocimiento de nuestra autoimagen, su formación y su relevancia para la conducta y para llegar a alcanzar las metas deseadas .
5. Habilidad para manejar las propias emociones: Ayuda a reconocer las emociones personales, a ser conscientes de cómo las emociones influyen en nuestro comportamiento y a manejarlas de forma apropiada. Las emociones intensas, como la ira o la tristeza, pueden tener efectos negativos en nuestra salud si no se responde a ella en forma adecuada.
Los niños construyen sus ideas en relación con el entorno social mediante experiencias que se presentan en su vida cotidiana, cuando asisten a eventos en su comunidad, cuando visitan otras comunidades, pueblos, ciudades, etc. También cuando otras personas les transmiten sus conocimientos relacionados con el entorno social, cuando asisten al jardín de niños y escuchan a sus compañeros, cuando escuchan otras experiencias. Sobre todo es importante que los niños cuenten con experiencias positivas que les dejen un aprendizaje.
Un conocimiento social es aquél que se refiere a conocimientos e interpretaciones sobre el mundo social e incluye, un saber sobre las personas en sí mismas sus pensamientos, sentimientos, deseos, emociones, etc. sobre nuestras relaciones con ellas, sobre papeles y funciones sociales, sobre valores propios de las diversas sociedades, sobre el funcionamiento social, etc.
Como los niños ya traen ideas propias acerca de su mundo inmediato, se puede empezar por conocer los diferentes puntos de vista y así tener una idea más clara de lo que ellos piensan, conocen y saben para de ahí empezar a planificar tus actividades a realizar para ir mas haya de lo que ellos saben no estancarte en lo que ellos nada más conocen si no que adquiera nuevos conocimientos que los vallan agregando a lo que ya conocen.
Con estas ideas los niños verán que ellos también forman parte de ese mundo social que están estudiando.
El conocimiento social como el físico sólo es adecuado cuando el sujeto está listo para la formación de variantes. Como es sabido, ni la formación de conceptos lógicos ni el conocimiento del mundo físico sería posible sin la adquisición de la noción de objeto permanente por ejemplo. De la misma forma no puede lograrse un cabal conocimiento de lo social sin capacidad para pensar en los seres humanos o en las sociedades como personas o entidades estables que conservan, por encima de circunstancias y hechos puntuales, su propia personalidad o estructura.
Integrantes del equipo:
Bustamante Robles Susana
Favela Ruiz Mayra Lucia
García Guerrero Rocío Guadalupe
López López Elia Danitza
Noriega Bobadilla Natiely Estefania
Save Camarena Alba Cecilia
Super Bien
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